– por Brendan Lynch

Dios nos ha llamado a la vida conjunta y a la misión.

La Comunidad de Nazaret se formó en Septiembre de 1984. Unos años antes, un grupo de matrimonios solía reunirse regularmente como parte de un movimiento llamado ‘Les Équipes de Notre Dame’, con la idea de compartir como grupo de un modo que fortaleciera sus matrimonios. Sucedió que la mayoría de las parejas en ese grupo particular también estaban involucradas con la renovación carismática. Pero ellas percibieron que necesitaban algo más y, especialmente, que debía ser algo que involucrara a sus hijos y, por tanto, al pueblo cristiano más amplio.

Poco después, nuestros líderes fundadores Éanna Johnson y su esposa Pat, entraron en contacto con El Pueblo de Esperanza, una comunidad de alianza laica en Nueva Jersey. En el verano de 1982, ellos y sus hijos visitaron esa comunidad. Ahí adquirieron visión de lo que podría ser la vida en comunidad de alianza en Dublín. A su regreso, los Johnsons compartieron su experiencia con los miembros de su grupo y con otros amigos. Éanna recuerda que las respuestas de la gente “variaban desde un entusiasmo de ‘¿cuándo empezamos?’ hasta un interés cauteloso. Los siguientes dos años” – sigue recordando – “fueron un tiempo de oración, discernimiento, discusión y, finalmente, decisión.” El 8 de septiembre de 1984, durante un retiro en Ballyvalloo, Co. Wexford, nueve matrimonios, seis solteros adultos y un sacerdote, el difunto y querido Pbro. Cyril Byrne, hicieron su compromiso de alianza con Dios y con los demás como la Comunidad de Nazaret.

Los primeros miembros de alianza, 8 de septiembre, 1984

La comunidad ha crecido en número lentamente durante los siguientes 30 años. Ahora tenemos unos 110 miembros adultos y, aproximadamente 100 niños y adolescentes en la comunidad, con los que llenamos un salón parroquial relativamente grande cada 2 semanas en nuestras asambleas comunitarias. Varios miembros viven en los suburbios al sur de Dublín, a unos 15 kilómetros del centro de la ciudad. Un buen número de nosotros vivimos en un solo vecindario, y la mayoría viven a unos 15 minutos a la redonda. Esta cercanía entre nuestras casas trae muchas grandes bendiciones a nuestra vida y en particular permite a nuestros jóvenes verse regularmente.

Gracias a Dios, tenemos miembros de todas las edades y, así, nuestra comunidad se siente bastante inter-generacional. Todos nuestros miembros fundadores fueron católicos y, actualmente, un 95 porciento de los miembros son católicos, con un pequeño número de miembros de otras tradiciones cristianas. Entre nuestros miembros hay hombres de negocios, arquitectos, dentistas, farmacéuticos, actuarios, ingenieros, jardineros, locutores de radio cristiana, maestros en formación, amas de casa y muchos más. Además somos bastante mono-culturales; ¡casi todos somos irlandeses!

Hablar personalmente – cándidamente – unos a otros sobre cómo vivimos nuestra vida cristiana nos ayuda a fortalecernos mutuamente

Además de nuestras reuniones bimensuales, también nos reunimos cada dos semanas en grupos de compartir – separados en grupos de hombres y mujeres para facilitar la apertura a compartir personalmente – y tenemos reuniones de matrimonios mensuales que nos ayudan a fortalecer esta unidad social clave en nuestras comunidades. Nuestros hijos de 8 a 17 se reúnen semanalmente en 3 grupos distintos, organizados por edades, y los mayores pueden invitar a sus amigos. Ahí aprenden de la Biblia, oran juntos, hacen servicio juntos y crean ambientes donde pueden hablar unos con otros sobre Cristo. Para aquellos de 18 a la mitad de los 20s tenemos una misión de universitarios llamada UCO Dublín.

Durante los últimos cinco años o más, la palabra del Señor para nosotros ha sido esencialmente “¡Misión, misión, misión!” Aunque en Europa es un reto hablar de Cristo a los demás, estamos entusiasmados en dar lo mejor de nosotros, confiando en que el Señor está multiplicando grandemente lo poquito que podemos hacer. Creemos en la palabra profética que le ha dado a las comunidades de La Espada del Espíritu de que “hemos sido creados para más que esto” y que “nuestros oídos se estremecerán” al ver los jóvenes que él enviará a nosotros para que sigan sus caminos – de hecho ya hemos empezado a ver estas cosas desde ahora.

Eventos relajados cuando estamos juntos como comunidad fortalecen nuestras relaciones y son excelentes ambientes para invitar amigos, aquellos que quieran saber cómo somos.

Después de varios años con una actividad misionera relativamente baja, en los últimos 3 o 4 años la comunidad ha revivido la organización de Seminarios de Vida en el Espíritu, el curso de siete semanas con charlas y discusión que nos ayudó a tantos de nosotros a aprender quién es el Señor Jesús y a recibir el poder de su Espíritu Santo. Hemos organizado estos recientemente en parroquias locales. Como resultado, hay gente que está conectándose con el Señor y con la comunidad. Este año, también hemos organizado cursos para padres y para matrimonios en una parroquia local, con muy buenos resultados, ayudando a nuestros parroquianos en estas áreas tan importante de la vida y conociendo personas que quieren ir más profundo en su vida cristiana.

UCO Dublín de 18 a 23 años pretende ayudar a los jóvenes de la comunidad a invitar a sus amigos a un contacto más cercano con Cristo y con nuestra vida comunitaria. Nuestros propios jóvenes invitan, valientemente, a sus amigos y conocidos a que los acompañen a dar culto al Señor. Ellos se reúnen regularmente en este contexto, y el evangelio se está esparciendo entre más gente. Esto es clave para pasar la fe a la siguiente generación.

Nos deleitamos en nuestros hijos y estamos muy felices por las relaciones de calidad que tienen entre ellos. Vivir en los mismos vecindarios facilita mucho esto.

Ser parte de un grupo internacional y ecuménico de comunidades de alianza carismáticas, La Espada del Espíritu, es una gran bendición para nuestra vida. A través de esto tenemos hermanos y hermanas en muchas partes del mundo que comparte el modo de vida que queremos vivir en el Señor. Relacionarnos con estas personas en la reuniones internacionales y compartir recursos pastorales y enseñanzas nos ayuda a mantenernos fuertes en el llamado que hemos recibido. Muchos de nuestros jóvenes han hecho amistades profundas y duraderas con pares de otras comunidades en lugares como Belfast, Glasgow, Londres, Bélgica, Múnich, Polonia, Estados Unidos y más. Estos contactos realmente parecen dar vida y enriquecer su creciente compromiso de vivir para Dios.

Uno de los modos en que buscamos acercar a otros a Cristo es que tenemos asambleas de la comunidad abiertas a visitantes. Casi todos los meses, nuestra asamblea del primer y tercer domingo son abiertas para todos, y con el tiempo hemos visto que más gente está participando y mostrando interés en ser parte de nuestra vida.


Brendan Lynch es el coordinador mayor de la Comunidad Nazaret en Dublin.