– por Bob Tedesco

Antecedentes
En nuestra red de comunidades de La Espada del Espíritu tenemos un “Seminario de introducción”. La tercera presentación de esa serie se llama “Elementos del programa”. Se enfoca principalmente en los grupos de hombres y de mujeres, cómo hacerlos funcionar bien, el trabajo con un responsable pastoral y cómo sacar el mayor provecho al cuidado pastoral.

Este artículo se enfoca en algunos elementos del discipulado cristiano, aquellos que yo he elegido resaltar para dar una “pincelada” de nuestro enfoque sobre el discipulado. Existen otros enfoques, y sabemos que hay muchos discípulos de Cristo en las parroquias, congregaciones y grupos a nuestro alrededor. Creemos que nuestro enfoque tiene algo que ofrecer al resto de la iglesia, y continuamos aprendiendo y refinándolo.

La mayoría de la gente que se siente atraía a las comunidades cristianas se enfrenta con la decisión de ser miembro… una buena pregunta. Pero, realmente, ¿quién no querría unirse a un agradable grupo social con buenas personas y varias “ventajas” incluidas en la membresía? EN muchos casos, la verdadera cuestión es optar por el discipulado. El discipulado es una disciplina, y el Señor quiere entrenarnos y formarnos para que seamos efectivos en la misión, buenos hermanos y hermanas conforme vamos adoptando más de su carácter y su naturaleza. Nos enfrentamos, con todo derecho, al costo del discipulado, pues hay un costo.

El llamado
“De nuevo salió Jesús a la orilla del lago. Toda la gente acudía a él, y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví hijo de Alfeo, donde este cobraba impuestos. ―Sígueme —le dijo Jesús. Y Leví se levantó y lo siguió.” – Marcos 2: 13-14

El llamado es “Sígueme”. La mejor respuesta es levantarse y seguir al Señor Jesús. Es posibles que los ejemplos bíblicos tuvieren algún pre condicionamiento y una exposición previa a Jesús. Es poco probable que un extraño se acercara a alguien y le dijera “Sígueme”, y obtuviera una respuesta positiva.

Existen, por lo menos, dos dificultades generales con el llamado: 1) el costo (mencionado anteriormente) y 2) que el llamado ya no viene de un Jesús físico, sino que es un llamado que experimentamos internamente. ¿Cómo respondemos? ¿Quién decide qué significa ese “sígueme”?

Discernimiento colectivo
La respuesta correcta a ese “sígueme” tiene amplio rango de expresiones en todo el espectro del cristianismo. De un lado están las parroquias y congregaciones que tienen ciertas formas de iniciación (comúnmente con los niños) y luego los adultos deben discernir personalmente dónde los llama el Señor  responder como individuos. Del otro lado están las órdenes religiosas con votos de pobreza, obediencia y castidad. Ellos siguen al Señor juntos, frecuentemente con cierto tipo de consejo de líderes que discierne donde los está guiando el Señor.

En medio de esos dos polos de discernimiento, hay muchos enfoques: movimientos, grupos de oración, asentamientos (Amish, Bruderhof, Menonitas), etc. En las comunidades de la Espada del Espíritu estamos llamados como pueblo, seguimos al Señor juntos, y nos esforzamos para que nuestras vidas personales y familiares se subordinen a esa decisión de seguir, juntos, al Señor. Recibimos apoyo pastoral y ayuda para hacer vida esta decisión. Se podría decir, entonces, que la entrada a la comunidad es un paso hacia el discernimiento colectivo en nuestras vidas. De acuerdo con nuestra experiencia es más seguro y rinde más fruto para el Reino de Dios.

Discipulado y comunidad
En “los viejos tiempos” nos veíamos intentando construir comunidad con alguna gente que no había optado por el discipulado. Algunos abrazaban la comunidad pero no el discipulado. A veces teníamos objetivos contrarios y dábamos dos pasos hacia delante y uno para atrás.

La experiencia de entrar en relación con el Señor debería resultar en: discipulado, comunidad y misión.

El discipulado es un nuevo modo de vida, distinto del mundo y de varios modelos cristianos.

Algunos elementos del discipulado
Nuevamente, estos son algunos elementos, no necesariamente los más importantes, ni en ningún orden particular. Es necesario enfatizar estos elementos pues son propensos a la indiferencia o al desuso. La palabra o frase clave estará en itálicas, para aquellos que deseen listas más cortas.

Enseñanza: Toma en serio tus cursos de iniciación. No estamos solamente llenando los requisitos, sino que estamos explicando temas muy valiosos para un discípulo.

Ahora no entiendes lo que estoy haciendo —le respondió Jesús—, pero lo entenderás más tarde. Juan 13:7

Formación: Recibe el cuidado pastoral y los aportes sobre cómo aplicar la enseñanza de los cursos de iniciación o en las asambleas. La experiencia de verdaderamente intentar vivir un nuevo modo de vida tal y como se presenta en la enseñanza se debe reflexionar, mejorar y quizás re-aprender en cada etapa de la vida.

¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica. Juan 13: 17

Le contestó Jesús: ―El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.  Juan 14:23

Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.  Juan 15:14

Apoyo:Debes participar en tu grupo con fidelidad para recibir apoyo, ánimo y corrección para vivir tu vida personal de acuerdo con la enseñanza bíblica.

Como un discípulos de Cristo en comunidad cristiana, cuando escoges esposa, eliges familia, hijos, familia extensa, grupos pequeños, objetivos conjuntos. Cuando decidimos ser la esposa de Jesús…

Vivir como cuerpo: Participar regularmente de las asambleas comunitarias, retiros y conferencias es un elemento clave de nuestra vida conjunta como pueblo. Nos reunimos para escuchar al Señor hablarle a su pueblo y tener un panorama más amplio que lo que el Señor quiere para nuestro pueblo.

Diezmo: Practicamos el diezmo en la Espada del Espíritu, distribuyéndolo entre nuestra comunidad y nuestra iglesia. Quizás más importantemente, enseñamos un enfoque a nuestras finanzas que permite ciertas prácticas financieras tales como el diezmo, la limosna, el apoyo a la misión y la generosidad.

“Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.” Mal. 3:10

Jesús se sentó frente al lugar donde se depositaban las ofrendas, y estuvo observando cómo la gente echaba sus monedas en las alcancías del templo. Muchos ricos echaban grandes cantidades. Pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás. Estos dieron de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento». Marcos 12: 41-44

Servicio: Sirve en el grupo cristiano en el que participas. Cada miembro debe hacer una contribución sustancial de su servicio (tiempo) para nuestra misión.

Vida espiritual: La oración, el estudio de la Palabra, el ayuno y la lectura espiritual son parte de nuestra vida espiritual. Debemos tener un plan para todos estos: oración personal, oración familiar, estudio bíblico, etc.

Discernimiento colectivo: Como se mencionó antes, depender del cuerpo al que perteneces para tomar decisiones y discernir el rumbo de vida puede variar en el rango de “Haz como te parezca mejor” hasta el ‘voto de obediencia’. La mayoría de la gente que están en algún tipo de comunidad recibirán apoyo pastoral y ayuda con sus decisiones de vida. Si yo estuviera construyendo un pequeño avión de dos asientos en mi cochera, ya pasé la primera inspección eléctrica preliminar. Nunca pasaría a la siguiente etapa antes de pedirle a “otro par de ojos” que apruebe mi trabajo. En las decisiones de la vida ocurre similarmente, pueden afectar mi futuro a largo plazo y por lo tanto se pueden beneficiar de tener un “segundo par de ojos” mayores o más sabios.

Algunos propósitos del discipulado para prepararnos para la vida en el cuerpo de Cristo
Probablemente ya conocemos bien la vida en nuestra parte del mundo, pero el cristianismo es un nuevo modo de vida. Si las relaciones son más cercanas, como en una comunidad, es aún más necesario proveer entrenamiento sobre cómo aplicar principios bíblicos en un contexto moderno. En general, mucha exposición y relaciones cercanas, como es el caso de una familia o alguna situación de vida conjunta cristiana, requieren una mayor claridad sobre las expectativas y la respuesta a diversas situaciones.

Crecer en el compromiso con el cuerpo de Cristo y su misión
Una joven pareja que se une en matrimonio, hace unos votos generales en la ceremonia. La mayoría de nosotros está de acuerdo que existen muchos otros compromisos que se asumen pero no se mencionan. No prometemos llegar a cada noche, ni tener nuestras comidas juntos, ni compartir una sola “cartera”. Estas solo se asumen. Cuando le damos nuestras vidas a Cristo, se asumen algunos compromisos y el discipulado nos ayuda a entender qué significa ser un miembro comprometido. Uno de nuestros miembros perdió su trabajo como gerente en una compañía que estaba recortando personal hasta cerrar eventualmente. En su búsqueda por un nuevo trabajo, tuvo opciones que requerían que se mudara a otra ciudad. Sin embargo, él estaba comprometido con el este cuerpo y esta misión. Estuvo sin trabajo por bastante tiempo hasta que tomó un trabajo menos remunerado con tal de poder permanecer en este pueblo. ¡Eso es un compromiso inspirador!

Aprender a amar al Señor según sus términos
La primera etapa del cristianismo es, y con toda razón, una celebración de nuestra nueva vida en Cristo. Celebramos su misericordia y su perdón. Pasamos del quebrantamiento a ser una creación nueva. Amamos al Señor por lo que él ha hecho por nosotros. Eventualmente empezamos a preguntarnos qué es lo que él nos pide además de “no peques más”. Poco a poco nos va formando y nos revela cómo quiere usarnos en su cuerpo. Él quiere que seamos útiles y que demos fruto.

Dar gloria al Señor modelando la relación

El mundo necesita ver personas que viven en una relación con el Señor. El mundo necesita ver matrimonios cristianos. Yo llamo a esto modelado ‘profético’. Es casi como si el Señor estuviera hablándole al mundo a través de las buenas vidas cristianas y los buenos matrimonios cristianos.

Aprender a tomar decisiones por el Reino de Dios
Una vez que hemos optado por el Reino de Dios, el discipulado nos ayuda a tomar decisiones menores que apoyan esa decisión. Tal como Gulliver estaba amarrado con pequeñas cuerdas, nuestra decisión de ser apartados (santos) para el Señor se puede ver paralizada por muchas decisiones más pequeñas y egoístas (no santas).

Pasar del egoísmo al desprendimiento
Como una persona mayor (76 son los nuevos 75) creo que una forma de describir la vida cristiana es esta: nacemos totalmente egoístas, nuestra comida y comodidad son lo único importante. Si progresamos bien, bajo la influencia de nuestros padres, familia, maestros, etc… iremos creciendo poco a poco en las etapas de la empatía la compasión, etc… donde las necesidades de los otros aumentan su importancia. Así que progresamos de ser casi totalmente egoístas a ser purificados en una vida centrada en los demás. Jesús en la cruz es el ejemplo perfecto y el símbolo de una vida bien vivida. Cuando abrazamos la cruz, abrazamos el camino a la vida centrada en los demás… y el discipulado nos ayuda en eso.

Crecer en amor por el pueblo de Dios
Sin importar a cual cuerpo pertenecemos, el discipulado nos ayuda a crecer en amor por el pueblo al que pertenecemos. No se trata de sentimientos confusos y cálidos de amor, sino de un amor comprometido, leal que soporta los tiempos difíciles.
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Bob Tedesco es un expresidente de la Región Norteamericana de la Espada del Espíritu. Es uno de los fundadores de la Pueblo de Dios en Pittsburgh, Pennsylvania, EEUU, y ha sido uno de sus líderes principales por los últimos 45 años. Tomado de El Baluarte Viviente, edición Agosto/Setiembre, 2018. Usado con permiso.