–  por Tom Caballes

«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Toda rama que en mi no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía.» – Juan 15:1-2 NVI

¿No sería más fácil si una vez que decidimos server al Señor, todo se acomodara en su lugar? No más luchas personales, no más problemas relacionales, retos financieros ni cosas similares.

A veces la vida es como el juego de aplastar al topo con el mazo, conforme avanza el tiempo, los retos aumentan en intensidad y son más difíciles, y dan ganas de rendirse. Pero Dios utiliza esas dificultades en la vida para moldearnos y formarnos para ser más como Él – y entonces incrementar nuestra capacidad de amarlo y servirlo a Él y a su pueblo.

Dios está comprometido a continuar y terminar la obra que empezó contigo. [leer Filipenses 1:6].

¿Estás preparado para toda una vida de ser podado para poder dar fruto continuamente? Él no dejará de podarte hasta que seas la imagen de Cristo; ese es el objetivo de Dios para contigo.

¿Cómo podemos estar más abiertos a ser podados para dar más fruto?   

  1. Seamos realistas sobre nuestras expectativas en la vida. No asumamos que encontraremos la perfección de este lado de la eternidad. Si las cosas salen bien, entonces todo está bien. Pero con mayor frecuencia, las cosas en la vida no siguen el camino esperado – cosas con las que no nos hemos enfrentado. Estemos preparados para una vida de poda. Esperemos lo mejor, pero estemos listos para cuando las cosas se salgan de control en nuestras vidas.
  2. Seamos aprendices de por vida. El aprendizaje no termina cuando acabamos la escuela o la universidad; cuando seguimos a Jesús, entramos en una escuela de amor que dura toda la vida. Jesús es nuestro maestro al enseñarnos como actuar, pensar y comportarnos como él. Como estudiantes imperfectos, fallamos de vez en cuando somos egoístas y pecamos. Arrepintámonos. Estemos abiertos para aprender a ser mejores esposos, padres, trabajadores, siervos, hermanos. Al hacernos mayores, las circunstancias cambian; deberemos estar abiertos a aprender a adaptarnos a nuevas formas de responder con amor.
  3. Vivamos con el objetivo en mente de agradar y amar a Dios, en lugar de a los hombres. Si nuestra meta en la vida es agradar a alguien más que a Dios, entonces no estamos permitiendo que Dios nos pode. «Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro.» (Mateo 6:24a NVI)
  4. Crezcamos en la sabiduría y el conocimiento de Dios. Hay muchas formas en que aprendemos: podemos aprender de nuestros errores, de los errores de alguien más y también podemos aprender de la palabra de Dios para nosotros. Si conocemos la sabiduría de Dios para nosotros en distintas situaciones, podremos evitar los errores innecesarios que cometemos en el caminar de la vida. Sumerjamos nuestra mente principalmente en la Palabra de Dios y en buenos libros espirituales. Dejemos que nuestra mente sea cautivada por la palabra de Dios.
  5. Recordemos que a Dios le interesa formar nuestro carácter, no tanto en darnos riquezas ni éxito en la vida. Cuando le dimos nuestro ‘sí’ a Dios, empezamos una vida de transformación para parecernos cada día más a Jesús, poco a poco. Cuando empezamos nuestro día y nos vemos al espejo, ¿vemos el reflejo de Jesús? Si aún no lo vemos, hace falta perdonar, o un poco de paciencia. Pueden suceder grandes cosas si hacemos acciones pequeñas consistentemente, todos los días.
  6. ¡Nunca nos rindamos! Solo recibiremos el premio al final del camino. Cuando los tiempo son difíciles y pareciera que la montaña que estamos subiendo es muy alta, miremos hacia Jesús.  “Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe”(Hebreos 12:1-2a NVI) Quizás necesitemos tomar una pausa para descansar un momento en nuestra carrera espiritual, pero nunca debemos rendirnos.

Otros pasajes de las Escrituras:

  1. «porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina?» (Hebreos 12:6-7a NVI)
  2. «Ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.» (Hebreos 12:11 NVI)
  3. Otros versículos bíblicos: Salmo 94:12-14; Proverbios 3:11-12; Apocalipsis 3:19; y Deuteronomio 8:5.

Para la reflexión personal o en grupos:

  1. ¿En qué maneras debemos ser podados por Dios para que podamos dar más fruto?
  2. ¿Estás listo para aumentar tu capacidad de amar y servir a Dios, siendo podado todos los días?

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Tom Caballes es el Administrador Mayor Nacional y Coordinador Nacional El Cordero de Dios, una comunidad de la Espada del Espíritu con 7  ramas en Nueva Zelanda. Tom también dirige Kairós Nueva Zelanda, un programa de misión para jóvenes de colegio, universidad y después de la universidad. Tomado de El Baluarte Viviente Edición Octubre/Noviembre 2018Usado con permiso.